domingo, 24 de noviembre de 2013

Ayer me abrazaron por primera vez…

Sobre mis espaldas he vivido muchos momentos de violencia, muchas demostraciones de alegrías en masa, muchos actos multitudinarios de toda clase. Pero nunca había sentido el calor de un abrazo.
En mi interior la cultura se ha manifestado de infinidad de formas, por mis rincones la vida ha fluido incansable y eterna. He estado al servicio de mi ciudad, la que me dio mi identidad, la que hizo de mí un lugar digno de admiración, y el orgullo de dotarme de un nombre. Fernán Gómez.
Dicen que mi nombre era el de un gran actor, un hombre que pisó los escenarios del mundo. Un hombre de teatro de los pies a la cabeza. Y lo luzco con todo esplendor.
Ayer Madrid me dio mi primer abrazo. Tierno, cariñoso. Respetuoso y solemne. Y me lo dieron porque temen que me eche a perder en un futuro próximo. Porque piensan que me dejan en manos de nuevos hombres que me van a dejar caer.
Ayer me abrazaron, sentí el amor de la gente por lo que pasa entre mis rincones… a muchos los reconocí, no te creas… de jóvenes a mayores, unos en mi escenario, otros en mis butacas y entre mis pasillos, traqueteando sin cesar, con sus martillos y motores… todos ahí, sintiendo que yo sigo teniendo mucho que dar al pueblo que me crió. Y a quien estoy tremendamente agradecido.
Gracias a todos por respetarme y valorar el trabajo que hago en bien de la cultura del pueblo. No dejéis que me caiga. Quiero seguir de pie.

Gracias. 

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